Marditoseardemonio; El blog delale.

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domingo, diciembre 03, 2006

Carta abierta a los automovilistas a quienes no les gustan los ciclistas



Uso mi bicicleta todo el año como medio de transporte. Mi bici no es un juguete. No ambiciono ser Lance Armstrong. No me falta dinero para comprarme un coche. Elijo la bicicleta porque es más saludable para mí, y más saludable para la ciudad en la que vivo. No circulo por el centro del carril para enlentecerte ni para fastidiarte. Sólo estoy intentando hacer lo mismo que tú: ir de un punto A a un punto B con los mínimos problemas.

Circulo por el centro del carril si el carril es demasiado estrecho para que me adelantes sin ponerme en peligro. En cierto modo, lo hago como un detalle de cortesía hacia tí, para que no tengas que estar adivinando si tienes espacio suficiente para adelantarme, ni tengas que estar decidiendo si cambias o no de carril para hacerlo. Si el carril de al lado está libre, no necesitas pitarme o gritarme cosas por la ventana. Quizá creas que tengo espacio suficiente para circular por el arcén, o que podría pegarme más al bordillo, pero yo tengo una visión mejor que tú del estado del pavimento: ahí hay basura que podría pincharme las ruedas, y socavones en los que me podría partir la crisma. Si me veo en la necesidad de esquivar algún objeto, necesitaré espacio para maniobrar: no va a ser un dia estupendo ni para tí ni para mi si resulta que tú y yo chocamos.

Ya que estamos hablando de gritar por la ventana, déjame decirte que tu coche es ruidoso: si no estamos ambos parados en un semáforo, es improbable que pueda entender lo que estás diciendo. Quizá es mejor que te concentres en no chocar contra cosas que puedas tener delante, en vez de distraerte advirtiéndome que “(sonidos incomprensibles)… te la vas a pegar!”. También sé donde están los carriles-bici, gracias, incluso una vez tuve un mapa de ellos, pero lo tiré: no hay carril-bici que me lleve a donde yo voy, y aunque lo hubiese, seguramente no lo utilizaría: incluso el mejor de los carriles-bici puestos en la calle es un engendro peligroso.

Gracias, por cierto, al conductor que se tomó la molestia de agradecerme el llevar luces en la bici: es agradable que a uno le valoren esas cosas. Me pongo luces por la noche para que me puedas ver; circulo en una línea predecible para facilitarte a tí tus maniobras; no voy haciendo eses entre los coches aparcados para no sobresaltarte al salir de súbito por detrás de uno… lo siento, pero si hay tres plazas seguidas de aparcamiento libres no son para que yo me haga a un lado para que me puedas adelantar. Intento circular lo suficientemente lejos de la puerta de tu coche aparcado para que no importe si la abres de pronto, pero no siempre me es posible, y hay todavía muchos otros ciclistas no tan conscientes del peligro que supone circular junto a los coches aparcados, así que, por favor, mira antes de abrir tu puerta: seguro que tú tampoco quieres que un ciclista se estrelle contra ella.

Quizá creas que circular en bicicleta en un chaparrón o en una nevada es una locura… en realidad es bastante agradable, si llevas ropa adecuada, pero no espero que lo entiendas. Sólo espero que recuerdes que hay un ser humano ahí afuera, encima de la bici. No tiene ninguna gracia cuando pasas el coche por el centro de los charcos para salpicarme con toda la fuerza posible. No es nunca una buena idea adelantarme demasiado de cerca, pero con lluvia o con nieve, cuando el suelo está resbaladizo, por favor, extrema la precaución y déjame todo el espacio que puedas.

Aunque yo te parezca un ciclista experto, y aunque tú te consideres un automovilista experto, es buena idea que te separes bien de mí al adelantarme (la ley española, de hecho, te exige que me dejes metro y medio de espacio). Aunque no llegues a rozarme al adelantarme demasiado cerca, incluso el aire que tu vehículo desplaza puede hacerme caer, y asusta un poco tener mil kilos de acero pasando a dos palmos de mi codo.

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Me muevo más deprisa de lo que crees. Aunque creas que la bicicleta es demasiado lenta para ser un medio de transporte práctico, en la ciudad, la mayor parte de las veces, y si contamos el tiempo que necesitarás para aparcar, llegaré antes que tú a cualquier destino. Aquella vez que te pusiste tan nervioso por adelantarme, quizá no te diste cuenta de que te volví a alcanzar en el siguiente semáforo. No estamos haciendo una carrera de semáforo a semáforo, así que si necesitas bajar la velocidad unos segundos no será el fin del mundo. Imagina cuanto más te estaría reteniendo si yo estuviese en un automovil en toda regla en plena avenida, intentando girar a la izquierda para entrar en una calle secundaria, a hora punta. Si no estás seguro de mi velocidad, por favor, peca por exceso de precaución cuando intentes girar a la izquierda o salir de tu aparcamiento mientras avanzo hacia tí. Pero si me ves por el retrovisor agitando la mano en la dirección en que te quieres mover, significa que te he visto, y que tienes tiempo de maniobrar.

Te agradezco tus amables intentos de cederme la prioridad cuando no la tengo: cuando uno está en una bici es duro perder la velocidad una y otra vez en cada stop. Pero la mayor parte de las veces es más sencillo y más seguro si simplemente actuas según las reglas: si te detienes para dejarme pasar el coche detrás de tí podría no tener tiempo de frenar y golpearte por detrás… o podría intentar adelantarte y golpearme a mí.

Lo lamento si ocasionalmente infringo alguna norma del tráfico, que fueron diseñadas contra los peligros propios del automóvil. Quizá a veces, en un stop, sólo reduzco mi velocidad en vez de detenerme por completo, porque es de verdad duro para mí perder constantemente la ventaja de la inercia. Sé que esto no es legal, pero es bastante seguro a velocidad de bicicleta. Tampoco es legal que tú circules por encima del límite de velocidad, y dudo que lo hagas siempre. En una bici, es más importante respetar la prioridad de cualquiera que la tenga en el cruce que el hecho concreto de detenerse en el stop aunque no haya nadie más: si tú estás acercándote al cruce, yo me detendré en el stop.

En todo caso, yo también soy humano, como tú, y si cometo errores los pago de forma más inmediata que tú… quizá una señal me ha pasado desapercibida, pero si tanto tú como yo somos conscientes de la presencia del otro e intentamos cooperar, los errores que uno u otro pueda cometer no tienen porqué convertirse en accidentes. Si me ves hacer algo peligroso, es probable que haya cometido un error, no que esté intentando suicidarme.

Por si no te habías dado cuenta: hay cada vez más gente moviendose en bici por la ciudad. Todo tipo de personas encuentran útil la bicicleta, e igual que hay automovilistas sin mucho sentido común, también hay ciclistas a los que les falta un hervor. No conozco al menda aquel a quien viste bajando en una bici en dirección prohibida por una avenida de tres carriles a hora punta: te ruego que no des por hecho que yo me voy a comportar como ese idiota. Te ruego también que no me eches a mí la bronca que se ganó él, o me pites o me grites cuando no estoy haciendo nada que te fastidie. También, recuerda que puedes estar agradecido porque si ese menda, en vez de ir en una bici, fuese en un coche, habría sido un peligro de verdad para todo el mundo.

Soy muy consciente de mi entorno cuando voy en bici. Puedo oir el motor de tu coche cuando te acercas por detrás, así que no necesitas pitarme para advertirme de tu presencia: es un poco desconcertante, porque nunca sé si me estás informando de que estás ahí, o si me estás saludando, o si me estás diciendo que me aparte, o simplemente si estás cabreado.

Iba a decir como conclusión que todo lo que quiero es en realidad que me trates con el mismo respeto con el que tratarías a cualquier otro usario de la vía pública. Pero habiendo observado la frecuencia con que los automovilistas se la dan unos con otros, quisiera añadir una advertencia extra: por favor, sé consciente de que los ciclistas somos usuarios más vulnerables. Antes de desear que desaparezcamos, recuerda que nuestra presencia aligera la congestión del tráfico. Si tienes dudas sobre qué hacer en una situación, ten deferencia hacia el usuario más vulnerable. Y ten en mente que dejar espacio extra siempre mejora la seguridad en la carretera, bien al adelantar a un ciclista o bien al detenerse detrás de otro coche. Si intentamos colaborar en las carreteras en vez de competir como locos, cada uno podremos llegar a donde vamos con un poco menos de estrés.

Gracias. Y gracias a los automovilistas que ya “pillan” el mensaje. Gracias por esperar antes de abrir tu puerta. Gracias por dejar espacio suficiente y seguro al adelantarme. Gracias por esperar con paciencia detrás cuando no es seguro adelantarme. Gracias por señalizar. Gracias por respetar los límites de velocidad, lo cual hace las carreteras un poco menos enloquecidas para viajar. Gracias por darte cuenta de que cometí un error, y por maniobrar para evitar el accidente. Gracias por frenar cuando saqué el brazo, y por dejarme pasar al carril delante de tí para girar. Gracias por no ponerte a pitar cuando no era necesario. Gracias por todos esos pequeños modos en los que cooperas



Extraído de ciclofilia.org